“El gozo verdadero es la flor que brota en el terreno de la paz interior.”

Sin una base de serenidad interna, es difícil que el gozo eche raíces profundas. La paz interior no es la ausencia de problemas, sino la capacidad de mantener la calma y la claridad en medio de ellos. Es un bienestar que nos permite disfrutar de las cosas buenas.

Imagina un lago tranquilo cuyas aguas reflejan el cielo azul. El gozo es ese reflejo sereno. Cultivar la paz a través de la meditación, la reflexión o el simple acto de respirar conscientemente, crea el ambiente perfecto para que la dicha florezca.