“Tu más grande conquista es la auto-maestría, el resto son frutos.”

Esta perspectiva posiciona el control y el dominio sobre uno mismo como el fundamento del éxito externo.

Imagina un jardinero que primero cultiva su propio huerto interior. El dominio de sus pasiones, la gestión de sus emociones, la disciplina de sus hábitos, son los primeros frutos. Las victorias externas, los logros materiales o profesionales, son simplemente la cosecha que nace de ese jardín interno bien cuidado, tu principal logro.