“La cima no se alcanza con un solo salto, sino con una escalada de intenciones.”

El éxito, entendido como la cúspide de un objetivo, raramente se materializa de forma instantánea. Es un proceso que demanda esfuerzo sostenido y una intención clara que guíe cada movimiento.

Imagina intentar alcanzar un fruto maduro en un árbol alto. No puedes simplemente saltar hasta él. Debes pensar estratégicamente, encontrar los puntos de apoyo, y ascender con determinación. Cada agarre firme, cada impulso calculado, te acerca a la realización.

Esta escalada de intenciones se compone de innumerables pequeñas victorias, de la voluntad de continuar incluso cuando las fuerzas flaquean. Es la persistencia silenciosa la que finalmente te otorga la victoria.