“Forja tu triunfo en la fragua de la perseverancia; las cenizas del fracaso son el carbón que aviva la llama de tu próxima victoria.”

No temas al fracaso; es el crisol donde se moldea la verdadera fortaleza. Cada tropiezo es una lección invaluable, un abono para el terreno fértil de tus aspiraciones futuras.

Imagina a un escultor trabajando el mármol. Las virutas que caen, los golpes precisos y a veces fuertes, son parte esencial del proceso. Lo que parece un desecho es, en realidad, la materia prima que revela la forma oculta. Así también, tus caídas te enseñan a levantarte con más sabiduría, avivando el fuego que te llevará a tu próxima gran conquista.