“El eco de tu realización será la suma de las batallas silenciosas que libraste.”

Esta reflexión pone el foco en las luchas internas y las pequeñas guerras personales que a menudo nadie más ve, pero que son la base de nuestro triunfo posterior.

Imagina a un atleta preparándose en la soledad de su entrenamiento; los madrugones, el dolor muscular, las dudas que se disipan con cada repetición. Estos actos, invisibles para el espectador, son la verdadera forja de la victoria.

El reconocimiento externo, la conquista palpable, es simplemente el resultado visible de esa dedicación invisible, de esa perseverancia callada.