“El éxito es el reflejo en el espejo del esfuerzo, magnificado por la fe en uno mismo.”

El logro más brillante es aquel que vemos devuelto en el reflejo de nuestro propio empeño. La victoria se magnifica cuando, además del trabajo duro, cultivamos una creencia inquebrantable en nuestras propias capacidades. El triunfo se nutre de la confianza.

Imagina la luz del sol reflejada en un espejo perfectamente pulido. La intensidad de ese reflejo depende de la calidad del espejo y de la potencia de la fuente de luz. Tu fe es el pulido, tu esfuerzo la luz; juntos crean el brillo de la conquista.