“La cumbre del logro no es el destino final, sino la perspectiva ganada en el ascenso.”

La cumbre del logro no es el destino final, sino la perspectiva ganada en el ascenso.

Piensa en ello como escalar una montaña. La cima es impresionante, sí, pero el verdadero tesoro está en las vistas que vas obteniendo en cada etapa. Las rocas superadas, los vientos desafiantes, la claridad que se expande a medida que ganas altitud... todo eso te moldea.

Esa perspectiva, esa nueva forma de ver el mundo y tus propias capacidades, es el verdadero triunfo. Te permite apreciar los valles que dejaste atrás y planificar con mayor sabiduría las laderas venideras. Es la sabiduría destilada del esfuerzo, una conquista interna que ninguna medalla puede igualar.