“Donde hay un verdadero cariño, incluso la ausencia se vuelve presencia.”

A través de la profunda conexión del afecto, la distancia física pierde su poder. La memoria, el pensamiento constante y la resonancia del amor permiten que la persona amada se sienta presente en cada rincón del alma.

Es como sentir la calidez del sol incluso en un día nublado, sabiendo que su energía está ahí, latente. El cariño actúa como un puente invisible, conectando corazones a pesar de los kilómetros.