“Amar es regalar tu silencio para que el otro pueda escuchar sus propios pensamientos en la calma de tu compañía.”

En un mundo ruidoso y lleno de distracciones, ofrecer silencio puede ser un regalo inestimable. El amor nos enseña el valor de la presencia tranquila, de ser un espacio seguro para la introspección.

Cuando amamos, permitimos que la otra persona se escuche a sí misma, sus anhelos y sus dudas, sin la interrupción de nuestros propios ruidos. Nuestra compañía se convierte en un lienzo para su mundo interior.

Esta devoción silenciosa, que permite el autodescubrimiento del otro, es una forma profunda de afecto y respeto.