“El amor es la alquimia que transforma el oro del compromiso en la eternidad del afecto.”

Piensa en el amor como un proceso alquímico, donde el compromiso, la promesa de estar presente, es el metal base. A través de la paciencia, la comprensión y actos constantes de cariño, este compromiso se transmuta en oro puro: el afecto duradero. La pasión puede ser la chispa inicial, pero es la alquimia del día a día, esa devoción silenciosa, la que crea un tesoro de amor que brilla con una luz que no se apaga, resistiendo el paso del tiempo y fortaleciendo el apego.