“Donde florece el cariño, la adversidad se convierte en abono.”

En el terreno del amor, las dificultades no son obstáculos sino oportunidades para que el apego se fortalezca. Cuando el afecto es genuino, las tormentas de la vida nutren las raíces profundas de la relación. Imagina un árbol antiguo cuyas cicatrices de viejas tormentas lo hacen más robusto y bello. De igual manera, los desafíos compartidos, enfrentados con devoción y empatía, transforman la adversidad en el fértil abono que permite al amor crecer más fuerte y resiliente.