“La devoción es el mantra silencioso que entona el alma cuando encuentra su hogar.”

Este estado de entrega total es una resonancia profunda, una sintonía espiritual que no necesita articulación. Es la quietud que se encuentra al llegar a un lugar de pertenencia.

Como un peregrino que encuentra el santuario anhelado, la devoción es la paz y la completitud que emana de estar donde se debe estar, con quien se debe estar.