“La devoción es el ancla que sostiene al barco del amor en la tormenta.”

En los mares agitados de la vida, el amor necesita una fuerza estabilizadora. La devoción es esa lealtad inquebrantable, esa fe profunda en la relación, que impide que las adversidades la hagan zozobrar.

Imagina un barco navegando en medio de un temporal. La devoción es el ancla firme que lo mantiene anclado, impidiendo que sea arrastrado por las olas furiosas. Es la voluntad de permanecer, de luchar y de cuidar el vínculo, sin importar las circunstancias externas.