“La memoria del amor es el hilo invisible que cose nuestros días, incluso en la ausencia.”

Aquí, el amor se presenta como un elemento perdurable que trasciende el tiempo y la distancia. La devoción y el cariño compartidos dejan una huella imborrable en nuestra psique, tejiendo un sentido de conexión que persiste a pesar de las separaciones físicas o temporales. Es como un recuerdo olfativo que, de pronto, nos transporta a un momento feliz.

Piensa en un tapiz antiguo. Aunque el tiempo haya deshilachado algunos bordes, los hilos de colores vibrantes que representan momentos de afecto y pasión permanecen firmes, contando la historia de un vínculo. Esa memoria es el pegamento del alma, la prueba de que el amor, una vez sembrado, nunca desaparece por completo.