“La pasión es el fuego que moldea el barro del enamoramiento.”

El enamoramiento inicial es como arcilla fresca, maleable y llena de potencial. La pasión, con su ardor y su energía vibrante, es el alfarero que, con manos expertas y un impulso creador, le da forma, profundidad y carácter a esa atracción inicial.

No se trata solo de deseo, sino de una fuerza transformadora que, a través del roce constante y la entrega, esculpe una unión más resistente y definida. Es el calor que endurece la pieza, haciéndola única y perdurable en el tiempo, lista para resistir las estaciones de la vida.