“El amor es el alquimista silencioso que transmuta la melancolía en esperanza vibrante.”

Incluso en los días grises, el amor tiene el poder de inyectar luz.

Es como si, de forma imperceptible, la melancolía que a veces nos envuelve fuera sutilmente transformada en una anticipación de alegría. El afecto de alguien cercano actúa como un bálsamo, recordándonos la belleza de la conexión y la posibilidad de días más luminosos.

Esta alquimia invisible es la que nos permite encontrar consuelo y renovar nuestras fuerzas, sabiendo que no estamos solos en nuestras luchas.