Amor Amor

“Navegar en el mar del cariño es aprender a bailar con las mareas del alma.”

El afecto, como un océano vasto, presenta sus calma y sus tormentas. Amarlo es abrazar ambas, reconociendo que cada onda, cada cambio, es parte esencial de su belleza.

Piensa en un velero. Para avanzar, no se opone al viento, sino que ajusta sus velas, se inclina con la corriente. Así es el apego genuino: una adaptación constante, una fluidez que permite moverse a través de las fluctuaciones emocionales sin perder el rumbo del corazón.

La devoción se encuentra en esta entrega, en el arte de ceder y resistir, creando una navegación armoniosa donde cada momento, sea sereno o turbulento, fortalece el vínculo y la comprensión mutua.

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