“La devoción es el ancla invisible que sujeta dos corazones en la tormenta.”

La "devoción" se equipara a un ancla, un elemento crucial pero no visible que proporciona estabilidad y seguridad. En los momentos de dificultad, de "tormenta", es esta entrega firme y leal lo que impide que los "corazones" se separen.

Imagina un barco firme en medio de un oleaje embravecido, gracias a un ancla robusta y oculta en las profundidades. La devoción actúa de manera similar, ofreciendo un punto de arraigo seguro en la incertidumbre de la vida.