“Construir amor es erigir un refugio compartido donde la alegría y la melancolía encuentran su lugar.”

Esta metáfora describe el amor como un espacio seguro y acogedor, creado conjuntamente. No solo para los momentos felices, sino también para los difíciles, reconociendo la dualidad de la vida.

Imagina una casa que se construye ladrillo a ladrillo. Cada decisión compartida, cada apoyo mutuo, es un ladrillo que fortalece la estructura. Este refugio está diseñado no solo para disfrutar del sol y la calidez, sino también para protegerse de las tormentas, abarcando tanto la dicha como la tristeza.

Es la creación de un santuario emocional, donde ambos encuentran consuelo y celebración, reforzando el apego en todas las circunstancias.