“La pasión es el fuego sagrado que ilumina la existencia, no consume.”

La pasión, ese ardor que nos impulsa y nos da vida, no debe ser vista como una fuerza destructiva. Bien encauzada, es la energía vital que enciende nuestra alma y da brillo a cada instante compartido.

Es como el sol del amanecer, que irrumpe con fuerza pero trae consigo la promesa de un nuevo día, calor y vitalidad. Un impulso creativo que, lejos de aniquilar, expande nuestro ser y el de quien amamos.