“La ternura es el susurro del corazón, la promesa tácita de un refugio seguro.”

Los gestos tiernos, a menudo pequeños, transmiten un profundo mensaje de cuidado y protección.

Piensa en la delicadeza con la que se sostiene a un recién nacido, o en la suavidad con la que se acaricia a un ser querido. Esa ternura, ese cariño suave y reconfortante, es mucho más que un simple contacto físico. Es la comunicación no verbal de que el otro está a salvo, de que hay un lugar donde el corazón puede descansar sin temor. Es la promesa implícita de un refugio, de un espacio de paz construido sobre la base del afecto y la devoción.