“Cada instante de amor compartido es una hebra que teje el tapiz de la eternidad.”

Esta metáfora compara el amor con una obra de arte textil de gran alcance.

Piensa en tu vida como un telar y cada momento de cariño, cada acto de devoción, como una hebra de color. El enamoramiento es el inicio del tejido, pero la constancia y la profundidad de ese afecto son las que crean un patrón rico y complejo. Este tapiz no se deshilacha con el tiempo; se vuelve más intrincado y hermoso, entrelazando los recuerdos y las emociones hacia la eternidad.