“Afecto: el lenguaje universal que se escribe en las miradas y se escucha en los silencios cómplices.”

Este afecto, más allá de las expresiones verbales, se manifiesta en una comunicación sutil pero poderosa. Las miradas se vuelven conversaciones profundas, y los silencios se pueblan de entendimiento mutuo.

Es el idioma secreto de dos seres que, sin necesidad de artificios, se reconocen y se comprenden. Ese apego silencioso, esa intimidad que se construye en la ausencia de palabras, es la prueba de un vínculo auténtico y profundo.