“Amar es reconocer en el otro el reflejo de tu propia luz, duplicada y enriquecida.”

¿Alguna vez has mirado a alguien y has sentido una familiaridad profunda, como si vieras una parte de ti mismo?

El amor, en su manifestación más sincera, es precisamente eso: un espejo que no solo te devuelve tu imagen, sino que la amplifica. En los ojos del ser amado, encontramos nuestra propia esencia reflejada, pero transformada, dotada de nuevas tonalidades y profundidades que enriquecen nuestra percepción de quiénes somos.