“Nuestras almas se reconocen en el lenguaje del silencio.”

El amor verdadero trasciende las palabras y se comunica a través de una comprensión tácita.

Piensa en dos músicos que han tocado juntos durante años. No necesitan partituras complejas; sus miradas y sus respiraciones coordinan cada nota, creando una melodía perfecta. De igual manera, el afecto se manifiesta en la sintonía profunda que existe entre dos personas.

Esta conexión silenciosa, este entendimiento mutuo, es la esencia del cariño más puro. Es saber qué siente el otro sin necesidad de una sola palabra, una resonancia espiritual que fortalece el vínculo.