“En el lenguaje del amor, el silencio elocuente vale más que mil palabras vacías.”

Hay comunicaciones que no requieren sonido. El amor, en su manifestación más íntima, se expresa a menudo a través de miradas cómplices, gestos sutiles o simplemente la presencia reconfortante. Imagina dos personas sentadas juntas, sin hablar, pero sintiendo una conexión profunda; esa quietud es un diálogo del alma. El cariño se transmite en esa comprensión tácita, un entendimiento que trasciende la necesidad de verbalizar cada sentimiento.