“Cada chispazo de enamoramiento es una chispa divina en el crisol de la vida.”

El enamoramiento, esa chispa inicial que enciende pasiones, es más que una simple atracción. Es una revelación, un destello de lo sagrado que irrumpe en la realidad, mostrándonos la belleza y el potencial de la conexión profunda. Como si el universo nos regalara un vistazo a su propia esencia a través de la mirada del otro, esta fase nos invita a creer en la magia que reside en el vínculo humano.