“La entrega amorosa es abrir la puerta de tu mundo sin miedo a la invasión, sino a la comunión.”

La entrega se redefine como un acto de valentía y apertura, no de debilidad, sino de deseo de conexión profunda.

Imagina no la entrada forzada de un intruso, sino la bienvenida a un invitado de honor a quien le abres todas las estancias de tu hogar, compartiendo no solo los espacios, sino la esencia de tu ser. Es una invitación a compartir la vida.

Este desprendimiento emocional permite que la intimidad crezca, fusionando dos vidas en un espacio compartido de respeto y amor mutuo.