“El apego es el mapa detallado del territorio del corazón ajeno.”

El apego, cuando es sano y profundo, se convierte en una cartografía íntima del ser amado. Es conocer los senderos ocultos, los valles de tristeza y las cumbres de alegría que conforman su paisaje interior.

Este conocimiento no se adquiere con prisas, sino a través de la presencia constante y la escucha atenta. Es el arte de navegar el universo emocional del otro, encontrando siempre un motivo para la comprensión y el respeto.