“Amar es la valentía de mostrar nuestro paisaje interior, confiando en que el otro lo cuidará.”

Esta frase explora la vulnerabilidad y la confianza que son esenciales en el amor.

Abrir nuestro mundo interior a otra persona requiere una valentía similar a la de un jardinero que confía sus semillas más preciadas a la tierra. El apego y el afecto se nutren de esa entrega.

Imagina un jardín secreto, lleno de flores exóticas y árboles frondosos. Compartir ese espacio con alguien, permitiéndole caminar entre tus pensamientos y sentimientos más profundos, es un acto de fe. Es la esperanza de que el cariño y la devoción del otro protejan y embellezcan ese paisaje, en lugar de dañarlo.