“Cada renuncia voluntaria por el bien del otro es una ofrenda sagrada en el altar del afecto duradero.”

El verdadero amor a menudo requiere sacrificio y disposición a poner las necesidades del ser amado por encima de las propias, como un acto de reverencia hacia la relación.

Piensa en las ofrendas antiguas, hechas con respeto y devoción. En el amor, renunciar a algo personal, ya sea tiempo, deseos o comodidades, por el bienestar del compañero, es una ofrenda que fortalece el vínculo y demuestra la profundidad del cariño.