“Nuestro amor es el eco de mil estrellas que decidieron encontrarse.”

Este sentimiento es la resonancia de un destino cósmico, la culminación de innumerables posibilidades.

Imagina que cada estrella en el firmamento representa una vida, una historia. Que nuestro encuentro y la profundidad de nuestro apego sean el resultado de que esas trayectorias se alinearan, de que la inmensidad del universo conspirara para unirnos. Es una imagen poética de cómo el amor puede sentirse predestinado, como si la propia existencia celebrara esta unión.