“La devoción es el faro que guía las almas errantes hacia el puerto seguro del amor mutuo.”

La devoción, ese entregarse sin reservas, es el ancla que sostiene una relación en medio de las tormentas. Es la convicción profunda de que el otro es el destino, el lugar donde el corazón encuentra su verdadero hogar y sentido.

Como un marino que confía en la luz del faro para navegar en la noche oscura, el alma se aferra a esa certeza inquebrantable del amor. Es la promesa de ser el refugio, el punto de referencia en un mundo cambiante, un compromiso que se renueva con cada amanecer compartido.