“La devoción es el arte de regar con paciencia las flores del amor, incluso cuando el sol se esconde.”

Se resalta la importancia de la constancia y el esfuerzo en la devoción, especialmente en tiempos difíciles.

El amor, como un jardín, requiere cuidado continuo. La devoción es el acto de regar, de nutrir, de estar presente incluso cuando las circunstancias no son ideales. El cariño es la savia que se suministra.

Esta paciencia activa fortalece el apego, asegurando que las raíces del amor permanezcan profundas y resilientes. El enamoramiento puede ser la floración inicial, pero la devoción garantiza la cosecha continua.