“El afecto es el lenguaje silencioso que el corazón susurra al alma gemela.”

El afecto, en su manifestación más pura, trasciende las palabras habladas y se comunica a través de un lenguaje silencioso, un susurro del corazón dirigido directamente al alma.

Es la comprensión tácita, la empatía profunda que se percibe en la mirada o en el simple gesto de cercanía. Este idioma del alma no necesita traducción, pues resuena en la resonancia de la afinidad, creando un puente directo entre dos seres que se reconocen en su esencia más íntima.