“El apego mutuo es el ancla que nos asegura en la tempestad, el puerto donde nuestros espíritus encuentran refugio.”

Sentir esa conexión profunda, ese saber que hay alguien que te comprende sin necesidad de palabras, es un anclaje vital. En los momentos de turbulencia emocional, cuando las olas de la vida amenazan con arrastrarnos, ese enlace seguro nos mantiene firmes. Es un pacto silencioso de apoyo incondicional, un lugar seguro donde podemos ser vulnerables y encontrar la serenidad, como un barco que halla calma en su puerto tras una travesía difícil.