“La gratitud en el amor es la semilla que florece en la abundancia del afecto.”

A menudo damos por sentado la presencia y los gestos de quienes amamos. Sin embargo, cultivar la gratitud por esos detalles, grandes o pequeños, es como sembrar semillas en un suelo fértil. Cada "gracias", cada reconocimiento sincero, cada acto de aprecio, nutre la relación y permite que el afecto crezca y se multiplique. Piensa en un jardín que se riega con agua pura; la gratitud es ese riego que hace que las flores del amor se abran con más fuerza y color. Es un ciclo virtuoso: cuanto más agradecemos, más razones encontramos para agradecer, creando un ciclo continuo de generosidad y reciprocidad.