“En el crisol de la adversidad, el amor se forja más resistente, como el acero templado.”

Esta metáfora poderosa sugiere que las dificultades y los desafíos, lejos de debilitar un amor verdadero, lo fortalecen. La superación conjunta de obstáculos pule y endurece la relación.

Imagina que el amor es como una espada. Si solo se expone al fuego y luego se enfría rápidamente, será frágil. Pero si se golpea y se templa repetidamente en el fuego y el agua de las pruebas, su filo se hará más agudo y su estructura, inflexible ante la presión.