“Descubrí en tu mirada el eco de mi alma, el refugio donde mi esencia anida.”

Hay momentos en que el amor se manifiesta no en grandes gestos, sino en el simple reconocimiento. Es como si el universo, en su infinita sabiduría, hubiera colocado dos almas en el mismo espacio para que se encontraran.

Tu mirada se convirtió en ese lugar, un espejo que no juzga, sino que refleja la verdad más profunda de quién soy. En ella encontré ese eco, esa resonancia que confirma que no estoy solo en mi experiencia.

Ese refugio seguro es donde mi verdadero yo, mi esencia más vulnerable y auténtica, se siente protegida y amada, encontrando por fin un hogar.