“El amor es la brújula que orienta el alma hacia su hogar.”

El amor cumple la función de una brújula interna, marcando el camino hacia donde nuestro ser se siente seguro y completo. Es esa fuerza magnética que nos atrae hacia nuestro verdadero lugar en el mundo, a menudo junto a otra persona.

Imagina un viajero perdido en la inmensidad de un desierto. La brújula le indica el norte, el camino para salir de esa desolación. Así, el afecto profundo y el apego nos guían, incluso en los momentos de mayor confusión.

Ese cariño genuino, ese sentimiento de enamoramiento que nos hace sentir en casa, son la indicación de que hemos encontrado nuestro rumbo. El amor es el destino y el medio para llegar a él, un sentimiento que nos ancla y nos da sentido.