“Un corazón que ama es un compás eterno, siempre apuntando hacia la dirección de la otra alma.”

Esta frase representa el amor como una guía constante, una fuerza que orienta nuestras acciones y pensamientos. El corazón se convierte en un instrumento de navegación.

Incluso en la distancia o en momentos de desafío, el amor nos recuerda hacia dónde pertenece nuestro afecto. Es una brújula interna que, sin importar las circunstancias, nos dirige hacia la persona amada, manifestando una devoción inquebrantable.