“El cariño es el bálsamo invisible que cura las cicatrices del tiempo.”

El afecto sincero tiene la capacidad de suavizar las asperezas y restaurar el espíritu, como si aplicara un ungüento protector sobre las heridas del pasado.

Es un recordatorio de que el presente puede ser un espacio de sanación, donde las experiencias negativas pierden su poder bajo la luz cálida de la conexión humana.