“El apego es el ancla que mantiene unidos los barcos en el mar de la vida.”

Más allá del enamoramiento inicial, el apego sólido es lo que nos permite navegar las aguas turbulentas con la certeza de tener un compañero. Es un lazo que se fortalece con el tiempo y las experiencias compartidas.

Como un árbol cuyas raíces se entrelazan con las de otro en un bosque, el apego profundo proporciona estabilidad. Es la confianza nacida de saber que, incluso en la distancia, existe una conexión inquebrantable, un afecto que perdura.