“En el jardín del enamoramiento, cada capullo es una promesa, cada flor un verso.”

Esta metáfora evoca la belleza y la delicadeza del inicio de una relación.

Como un jardín que despierta en primavera, el enamoramiento está lleno de potencial y maravilla. Cada nuevo sentimiento, cada mirada compartida, es un brote que promete crecimiento y belleza. Las emociones florecen, transformando la vida en una obra poética, donde cada instante se convierte en un verso vivido.

Es la dulce anticipación de un amor que comienza a desplegar sus pétalos más vibrantes.