“El amor es el eco que resuena en las cavernas del alma, invitando a la exploración mutua.”

El afecto genuino no es un murmullo superficial, sino una resonancia profunda que, al encontrarse con otro ser, crea vibraciones que revelan las profundidades ocultas de ambos. Es una invitación a descender juntos a los recovecos del ser, donde la vulnerabilidad se convierte en el mapa y la confianza en la linterna. El apego que nace de esta exploración mutua es un tesoro que se descubre en las profundidades, no en la superficie de las apariencias. Es un viaje a lo desconocido, un pacto de descubrimiento constante.