“Ser amado es sentir la gravedad que mantiene unido nuestro universo personal.”

El amor que recibimos ejerce una fuerza fundamental en nuestra existencia, similar a la gravedad que ordena el cosmos.

Este afecto profundo nos da estabilidad, un centro alrededor del cual giran nuestros pensamientos y emociones, proporcionando un apego seguro.

Es la certeza de tener a alguien que, como un sol, ilumina y da sentido a nuestro propio universo, fortaleciendo nuestra devoción.