“La devoción es el hilo de oro que cose las experiencias dispares en el tapiz del amor eterno.”

La constancia y la entrega desinteresada son los elementos que dan cohesión y valor perdurable a una relación. No se trata solo de los momentos sublimes, sino de la suma de los días.

Imagina un artesano que, con paciencia y maestría, entrelaza hilos de diferentes colores y texturas para crear una obra maestra. La devoción hace lo mismo con los altibajos de la vida, creando un patrón de amor que resiste el paso del tiempo.

Este apego profundo, esta fidelidad del corazón, es lo que confiere a la relación una riqueza y una profundidad que trascienden la suma de sus partes.