“La admiración es el aire que nutre las raíces del afecto duradero.”

El afecto que se sostiene en el tiempo no solo se basa en la cercanía, sino en la profunda admiración mutua. Ver las cualidades del otro, respetar sus logros y aprender de sus experiencias es lo que fortalece las raíces de la relación, asegurando que el árbol del amor crezca robusto y resiliente.

Es el sol y la lluvia necesarios para que la planta de la conexión se mantenga viva y florezca.