“El amor es la brújula que, incluso en el desierto de la soledad, siempre señala el oasis de tu presencia.”

Cuando la vida nos sumerge en la aridez de la ausencia o la incomunicación, el cariño actúa como un guía infalible. Es esa conexión interna que no se pierde.

Este apego profundo nos mantiene enfocados en la persona amada, incluso a través de grandes distancias. Es la certeza de que, sin importar cuán vasto sea el desierto de la soledad, la presencia de ese ser especial es un refugio refrescante y vital, un punto de referencia constante en nuestro viaje vital.