
“Amar es descubrir el eco propio en el alma ajena.”
Es un reconocimiento profundo, una resonancia que va más allá de las palabras. Cuando el afecto es genuino, encuentras en la otra persona un reflejo de tus anhelos más íntimos, un espejo donde tu ser se siente comprendido y completo. Una complicidad que nace en la quietud del entendimiento mutuo.